En el Iris se refleja todo el cuerpo humano. Su base científica reside en que la formación del ojo y el cerebro se hacen al mismo tiempo en su capa embrionaria, el mesodermo, en el trigésimo segundo día de formación. Por lo tanto, todo el sistema nervioso está conectado entre el cerebro y el ojo.

Durante el curso aprenderás a emplear esta potente e interesante disciplina como método complementario de valoración, reconociendo las diferentes constituciones en función del Iris de cada persona, y diferenciando los Signos Iridológicos que te van a permitir saber las condiciones generales de los órganos corporales.

La Iridología como forma holística de entender al ser humano,  nos habla tanto de su camino espiritual como de sus patrones genéticos. Nada en el iris está dispuesto al azar; por el contrario, los ojos revelan una gran información.

A través del Iris es posible observar de qué manera la persona se relaciona con el mundo, cómo se expresa, cómo aprende. Asimismo, el iris muestra la pauta de la transferencia genética de rasgos físicos y comportamientos de generación en generación, con lo que es posible comprender los rasgos y las habilidades específicas que un niño ha recibido de su padre y su madre.

Y a partir de aquí poder hacer una interpretación y un acompañamiento de forma integral y siempre con la visión holística que aporta la Escuela: equilibrando el cuerpo, la mente, las emociones y la energía de la persona.